martes, 7 de abril de 2015

VIERNES SANTO 2015


Dice la Real Academia de la Lengua Española que un abrazo es "estrechar entre los brazos en señal de cariño. Escoger, comprender, incluir a una persona." Y no hay nada que defina mejor la sensación que transmite el Paso Negro de Pulpí, porque en esta Hermandad se incluye, se abraza a todo el mundo, se respira el cariño.
Pero además, es precisamente ABRAZO la palabra que mejor vertebra este pasado Viernes Santo.
Un Viernes Santo que el pueblo de Pulpí vive con pasión de la mañana a la noche. Sin descanso. 




Amanecía el día con un cielo azul y despejado. En la Sede de la hermandad desde primera hora, se iban concentrando los cofrades preparados para la Procesión del Calvario. Túnicas, capas, caramelos para todos. Los costaleros, esperaban en la glorieta la salida del Paso Morao, y preparaban después el trono de la Virgen de los Dolores para su salida diurna. Con esmero, precisión y rapidez, quitaban candelabros y palio. Qué mejor que el cielo azul como manto para la Virgen.




Discurría la procesión camino del Calvario guiada por la Verónica, que triste portaba su paño con el rostro del Señor. Capiruchos y nazarenos acompañaban a Jesus en su calvario y muerte en la cruz.





En la entrada del cementerio, se produjo entonces un encuentro mágico. 
La imagen de Jesus el Nazareno, de la Hermandad del Paso Morao, se encuentra con su madre, La Virgen de los Dolores, imagen del Paso Negro. Ambas imágenes, a hombros de costaleros, se miran de frente, y se acercan y alejan en un baile doloroso, por la imposibilidad de poder abrazarse, como madre y como hijo, un abrazo de despedida que nunca llega, y que urge darse, ante la cercanía de la muerte. 





El Cristo continuó a continuación su camino, a hombros de sus cofrades, y la Virgen siguiéndole detrás, silenciosa y rota por el dolor.



Quedaban las imágenes recogidas en la Iglesia de Pulpí, y quedaba también el pueblo en una quietud frágil, que terminaba por romperse a media tarde, cuando comienzan a sonar cornetas y tambores. Es el momento de la recogida de estandartes y banderas. Verdes para San Juan, marrones para la Magdalena y de negro luto para la Virgen de los Dolores. 



En la Glorieta se reunía todo el pueblo para escuchar a las bandas que ahí terminan su recorrido. Las Agrupaciones Musical venidas de Ceuta (A.M. Virgen de la Amargura), Málaga (A.M. Ntra. Sra. Consolación de Villanueva de Algaida) y nuestra ya tradicional A.M. Virgen del Carmen, de Dúrcal, Granada.





Llegó la noche, y con ella la mas dura estación de penitencia. Antes de salir, hermanos, cofrades, familia y amigos se reunían en la Sede de la Hermandad. Los capataces orgullosos veían a sus costaleros unidos y les hacían entrega de las insignias a los recién incorporados. Dentro, las mujeres se ayudaban a colocarse peinetas y mantillas. Las Agrupaciones Musicales acompañaban con su música el momento. 








Mantillas enlutadas acompañan ya a Jesus en su sagrado sepulcro y tras él, la Hermandad del Paso Negro al completo. 


El trono de Magdalena, llevado a hombros por los mas pequeños y devotos del Paso, niños y niñas que como dijo su capataz, Tamara, a la salida de la Iglesia "sois los mas pequeños del Paso pero también los mas grandes de corazón". Detrás, el trono de San Juan Evangelista, llevado a hombros por el impulso de la juventud de sus costaleros. Y cerrando la procesión, nuestra Virgen de los Dolores, con su corazón atravesado por los 7 puñales, una herida de madre que nunca parará de sangrar. 









Antes de llegar a la Glorieta, donde ya San Juan y María Magdalena la esperaban, Juan Ruiz López, Cabo Primero de la Legión, quiso hacerle entrega a la Madre de Dios, de un rosario, regalo en nombre de la Legión. Rosario que la Virgen portó durante el resto de la procesión y que para siempre quedará acompañando a la imagen.  
Desde el cielo, atravesando una luna llena, caían pétalos de rosa al trono de la Virgen.





La procesión iba tocando su fin. El Paso Morao ya tenía todas sus imágenes guardadas en la Iglesia, cuando Antonio Luis Díaz Martínez, Presidente del Paso Morao, se acercó a Maricarmen, Presidenta del Paso Negro, para darle un emotivo abrazo de despedida, pues este es también su último año al frente de su Hermandad. Este abrazo encontrado, que pudo presenciar todo el allí presente, es el mejor resumen de lo que han sido estos 6 años de presidencia compartida. De entendimiento y respeto mutuo entre dos pasos procesionales, que son también amigos y hermanos.


A paso suave entraba la la Reina del Paso Negro en la Glorieta. Y se situaba en el centro de la Plaza, con el trono de María Magdalena a un lado, y el trono de San Juan al otro. Comenzaba la música a sonar, con toda la Agrupación Musical de Dúrcal dentro de la Glorieta también. La expectación era máxima. Los tronos, marcados por sus capataces y contraguías, iban girando juntos, a la vez, con un ritmo y una sincronía perfecta. Desde cualquier ángulo de la Glorieta pudieron disfrutar del espectáculo de ver los tres tronos bailar a la vez. Los costaleros de los tres tronos, hombro con hombro, se cogían de las manos. Un abrazo de manos blancas enguantadas. No cabía un alfiler entre cada costalero, ni tampoco cabía un alma mas en la abarrotada glorieta. En su giro de 360 grados, no paró la gente de aplaudir, y soltar vítores de alabanza al Paso Negro, a los costaleros y a las imágenes. 








Sonaba el himno nacional y los tronos iban entrando en la Casa de Dios. A Maricarmen, la Presidenta del Paso, se le hizo entrega del martillo de capataz, y por ser este su último año, se la honró con la última campanada antes de encerrar a la Virgen  de los Dolores.






 
Desde dentro de la Iglesia, Juan Martínez, el capataz de la Virgen, hacía llamar a todos los cofrades, para poder dedicarles sus palabras de despedida. Pues tanto él como Angel, su contraguía, terminaban también su etapa al frente de los costaleros. 



 En sus palabras, Juan pedía "seguir en armonía antes los nuevos tiempos de cambios que están por venir. Que sigamos trabajando para que esta hermandad crezca, pero sobretodo, que las ideas nuevas además de pensarlas con la cabeza, las sintamos con el corazón"  y ahí, en ese momento, se produjeron los abrazos mas emocionantes de todo el día. Abrazos de amistad sincera entre Juan y Angel, abrazos con Maricarmen, abrazos entre costaleros, abrazos entre cofrades, abrazos entre amigos, abrazos entre Hermanos. Porque como decía al principio, fue un Viernes Santo lleno de abrazos de amor, agradecimiento y despedida.




¡Viva el Paso Negro!

No hay comentarios:

Publicar un comentario